jueves, 29 de enero de 2009

Valderobres-Horta de Sant Joan.





Tan pronto como dejamos detrás de nosotros los ásperos nudos montañosos en que se tocan las fronteras de Valencia, Aragón y Cataluña, tomó el país un aspecto más suave que crecía siempre en encantos, a medida que descendíamos hacia el Ebro.
La región seguía siendo montañosa, pero las cordilleras perdían en altura y aspereza, entre ellas serpenteaban fecundantes arroyos que pronto se reunían formando riachuelos y tanto los valles como las lomas de las colinas estaban cubiertos de olivas y viñas cuyos frutos se ostentaban con atractiva madurez. Las limpias aldeas y casas de campo que aparecían amables a derecha e izquierda… en todas partes estaban rodeadas de ricas huertas, de frutales y hortalizas e innumerables higueras, esparcidas por los campos a lo largo del camino, ofrecían al caminante su nutrido fruto dos veces al año.
Cuando hubimos ascendido, por fin, a la cadena de alturas que limita el valle del Ebro, nos quedamos atónitos admirando la vista del magnífico panorama que se extendía ante nosotros tan amplio y tan rico, como si hubiese reinado aquí una benéfica e interrumpida paz sin privar de sus dones a los habitantes de esta tierra preferida.
Sí, cuando contemplé esta amable escena en la que el Ebro, ancho y majestuoso se desliza suavemente por entre las colinas, que ascendiendo rápidamente hacia el norte, apoyase en oscuras cordilleras; cuando vi brillar tan tranquilos los innumerables poblados con sus fértiles campos al rosado resplandor del sol de poniente, tal como aparecían festoneando el río en apretadas filas, maldije las pasiones que socavando en mil formas la felicidad del hombre, introdujeron también en este paraíso las lágrimas y la miseria, sus eternas compañeras.
Las riberas del Ebro serían verdaderamente un paraíso, si el hombre no las habitase.


August Von Goeben.
La ruta continua por la carretera e acceso a Valderobres en dirección a Horta de Sant Joan, se trata de la etapa más corta de toda la ruta pero la dureza de las anteriores junto a los paisajes y sobretodo el paso por els Estrets d'Arnes nos invitarán a disfrutar de la etapa y tal vez a hacer un poco de turismo.
Nada más salir de Valderobres nos desviaremos en dirección a Beseit, subimos 4,5 kilómetros por la carretera asfaltada de acceso a la población.
Justo antes de llegar a Beseit después de cruzar un túnel seguiremos el camino que sigue por nuestra izquierda solo tenemos que seguirla dejando a nuestra derecha la masa rocosa de Penyagalera hasta llegara un punto donde cruzamos el río Algars y immediatamente encontramos la pista que nos llevaría al Mas de Damià y el Toll del Vidre.
Esta pista por la izquierda nos lleva al cruce del Riuet de les Valls, donde ascendemos por una pista que poco a poco se convierte en un sendero que va a poner a prueba a los escaladores más hábiles.
Una vez en el Mas de les Valls el sendero escala por la izquierda hasta el Coll de la Ferrera para una vez en su punto mas alto descender hasta el río Estrets.
Ya en el río Estrets el sendero desciende paralelo al río cruzando el magnífico paisaje dels Estrets d'Arnes y una vez superados siguiendo las señalizaciones llegar hasta Horta de Sant Joan.

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